La crucial cumbre entre el primer ministro israelí y el presidente estadounidense marcará la hoja de ruta de la estrategia militar de Israel en Oriente Próximo para el próximo año.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se reunió este lunes en Estados Unidos con el presidente Donald Trump en un encuentro considerado clave para determinar el curso de la seguridad en Oriente Próximo durante 2026. Esta es la quinta cumbre bilateral desde que Trump regresó a la Casa Blanca hace un año, y llega envuelta en la alta expectativa por el impacto regional de sus decisiones.
Según trascendidos de fuentes cercanas a la delegación, Netanyahu viajó con una agenda clara enfocada en asegurar el respaldo de Washington para cuatro movimientos estratégicos. La principal demanda es obtener luz verde para ejecutar nuevos bombardeos preventivos contra Irán si el desarrollo de su programa de misiles no cesa inmediatamente.
Murió Cecilia Giménez, autora de la famosa «restauración» del Ecce Homo de BorjaOtro de los puntos centrales que el líder israelí busca ratificar es el mantenimiento del estatus territorial en Gaza, donde las tropas de Israel controlan más de la mitad de la Franja. A esta solicitud se suma la intención de obtener apoyo explícito de Estados Unidos para forzar el desarme total del debilitado grupo militante Hezbolá en el territorio libanés.
La cuarta exigencia se vincula directamente con la prolongación del control militar sobre zonas de conflicto activas. Netanyahu aspira a conseguir la aprobación de Trump para sostener la presencia militar en el sector de Siria que las fuerzas israelíes ocupan militarmente desde el año anterior.
La reunión transcurre a puertas cerradas, pero las resoluciones que se tomen afectarán la vida de millones de personas y la estabilidad regional. La conocida imprevisibilidad del presidente estadounidense añade incertidumbre a estas negociaciones que buscan redefinir el mapa de seguridad en la zona.
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