El fenómeno televisivo de la serie infantil australiana Bluey utiliza un guion sofisticado para incorporar referencias explícitas dirigidas a la audiencia adulta que co-visualiza los episodios.
La serie animada, aclamada internacionalmente por su calidad y su retrato realista de la crianza, ha demostrado consistentemente su capacidad para introducir humor y situaciones que operan en múltiples niveles narrativos. Este recurso asegura la atención de los padres mientras mantiene la inocencia del contenido dirigido a los niños pequeños.
El ejemplo más reciente se encuentra en el episodio «Perfecto» de la tercera temporada, donde se incluye una conversación entre Bandit, el padre protagonista, y su amigo Fido, que pasa inadvertida para el público infantil. En el diálogo, Fido comenta que el proceso fue «muy rápido, la verdad, nada más entrar y salir», y que se pudo «quedar con ellas».
Tragedia en Brasil: al menos 11 muertos por un choque frontal que terminó en incendioAunque en la superficie el intercambio parece referirse a una actividad cotidiana o una compra simple, la ambigüedad deliberada del texto original, cortada antes de la respuesta de Bandit, es una clara alusión a temas médicos adultos que requieren una intervención breve y discreta. Los creadores utilizan este tipo de chistes internos para abordar indirectamente temas complejos.
Esta técnica de guionismo dual forma parte de la estrategia que ha elevado a Bluey de un simple show infantil a un éxito cultural masivo, donde el valor de producción y la escritura se equiparan a las series destinadas al público premium. El manejo sutil de estas referencias es clave para su perdurabilidad.
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