Beijing aplicará aranceles del 55% a la carne importada que exceda la cuota, golpeando duramente a los principales exportadores como Argentina y Brasil.
El Ministerio de Comercio de China oficializó a fines de 2025 la implementación de una nueva estructura arancelaria para las importaciones de carne vacuna a partir del 1 de enero de 2026. La medida establece una cuota máxima de entrada para el producto, superada la cual se activará un gravamen significativamente mayor sobre el excedente.
La disposición fija un arancel adicional del 55% sobre el valor FOB de la mercadería que supere el volumen preestablecido por Beijing. Esta restricción apunta directamente a proveedores clave del mercado asiático, incluyendo a la República Argentina, Brasil, Uruguay y Estados Unidos, modificando drásticamente las condiciones de competitividad.
Wall Street extiende las bajas en la última jornada de un año récordLa decisión representa un desafío económico de magnitud para Argentina, uno de los principales exportadores globales de carne, cuya colocación en el mercado chino constituye un pilar central del ingreso de divisas. La industria cárnica local deberá revisar sus proyecciones de volumen y precio ante la inminente contracción de la demanda incentivada por el aumento de costos.
Fuentes del sector exportador argentino manifestaron preocupación por el impacto inmediato en los contratos ya firmados y advirtieron sobre la necesidad de reorientar volúmenes hacia destinos alternativos. El Gobierno nacional deberá iniciar negociaciones diplomáticas urgentes con las autoridades chinas para mitigar la aplicación plena de la cuota o buscar concesiones específicas.
El nuevo esquema tarifario obliga a los países del Mercosur a coordinar estrategias comerciales conjuntas para defender su participación en el mercado asiático. La presión arancelaria impuesta por China confirma la volatilidad de las relaciones comerciales globales y el endurecimiento de las políticas proteccionistas en el sector agroindustrial.
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